By José Spinetto , Solutions Specialist at Coderio.

Muchas veces, por crianza o por creencia, pensamos que nuestro destino está escrito en piedra y no somos capaces de modificarlo. Llevado al ámbito profesional, podemos llegar a creer que el primer trabajo marcará el rumbo de lo que nos vamos a dedicar el resto de nuestras vidas.

El mundo está cambiando a una velocidad que nunca imaginamos. La pandemia nos obligó a replantearnos muchas cosas también. Hoy, adaptarse al cambio es indispensable.

Pensar en torcer ese rumbo puede parecer una locura como para una oruga querer volar. De esto se trata un poco la transformación digital: imaginar lo impensado, buscar soluciones que quizás aún no existen, ser la oruga que quiere aprender a volar.

Hace 3 años no hubiera imaginado estar donde estoy hoy, trabajando en una compañía internacional como Coderio, que brinda servicios de software y staffing a nivel mundial, y mucho menos estar desempeñándome como Solutions Specialist. 

Te preguntarás cómo llegué hasta aquí. Esta es mi historia. 

Una metáfora del mundo cambiante

Me topé con esta historia y creo que puede servirle a muchos. En 1996, en Honduras, el gobierno contrató a una compañía japonesa para construir un puente sobre el río Choluteca con la específica indicación de que fuera resistente, ya que la zona era foco frecuente de huracanes.

Dos años después, los habitantes presenciaron la inauguración de la tan esperada obra. Un diseño moderno, de estructura fuerte, un verdadero orgullo para la región. 

Meses más tarde, el puente tuvo su primera gran prueba. El huracán Mitch barrió toda la zona: cayeron 928 mm., más de la mitad de la precipitación anual. En el transcurso de 4 días, el río Choluteca inundó toda la región, alrededor de 7.000 personas perdieron sus vidas, y todos los puentes de Honduras se derrumbaron. 

Todos excepto uno: el nuevo puente Choluteca, que resistió el embate de lluvias y vientos huracanados. Parece un gran final, ¿verdad? Sin embargo, el destino tenía otros planes. 

Por la creciente, ambos lados de la carretera fueron borrados y el río Choluteca cambió su curso. Ahora fluye al lado del puente, no por debajo, sino al lado. “Un puente hacia la nada” titularon varios artículos periodísticos. Y tenían razón. 

Adaptarse para sobrevivir 

El Puente Choluteca es una metáfora fantástica de lo cambiante del mundo. Es una representación de lo que puede pasar en nuestras carreras, nuestros negocios, nuestras vidas… porque nuestro entorno, y más aún hoy, está en constante transformación.

Mark Zuckerberg dijo una vez que “El mayor riesgo es no asumir ningún riesgo. En un mundo que cambia realmente rápido, la única estrategia en la que el fracaso está garantizado es no asumir riesgos”, y adhiero completamente. Una de las claves para el triunfo de cualquier empresa o startup es su capacidad de adaptarse al cambio.

Durante años, nos enfocamos en desarrollar soluciones a problemas específicos, sin pensar que el problema mismo podría cambiar. Nos centramos en el puente, ignorando la posibilidad de que el río cambie su rumbo.

Las vueltas de la vida

Un estudio universitario, tal vez, refuerce esa idea de “meant to be” y nos hará recorrer un camino seguro y feliz. ¿Por qué no pensarlo como disparador, como punto de partida que abra nuevas posibilidades? 

Yo pasé por eso. Yo también me encontré en un lugar seguro, estable y destinado a quedarme allí por siempre. Hasta que la pandemia me obligó -por suerte- a repensar mi vocación y carrera profesional. 

Hasta el 2020 me desempeñé en el rubo gastonómico. Me encontraba liderando un equipo de cocina de un hotel 5 estrellas cuando llegó la cuarentena. Muchos quedamos como náufragos sin saber hacia dónde remar. 

El contexto me forzó a evaluar si ese camino era realmente el indicado para mí o, por el contrario, si era momento de zambullirme en algo que me llene, que me complete. Como un llamado que siempre estuvo presente, pero dormido, mi pasión por los negocios ganó la pulseada y empecé a capacitarme en esa orientación. 

Allí tomé contacto con personas muy interesantes, algo clave para adentrarse en nuevos horizontes. Entre ellas, conocí a Joaquín Quintas quien vio mis ganas y enseguida me sumó a su equipo de trabajo en Coderio Software Company, donde mis avances se aceleraron por mil. 

Su visión, como CEO de la empresa, se basaba justamente en eso que yo estaba viviendo internamente: la transformación. Adaptarse a los nuevos desafíos como clave del éxito. 

En Coderio encontré ese lugar de contención y estabilidad que, a la vez, me desafía día a día y me permite adquirir experiencia y nuevos conocimientos constantemente. Un espacio que me permite manejarme con libertad, aprender y conocer gente con mi misma pasión: evolucionar. 

Hoy, tres años después de ese gran salto, me desempeño como Solutions Specialist y confirmo, una vez más, que no hay que temerle a los cambios. Debemos abrazarnos a una realidad que está ocurriendo y es inevitable. 

Sobrevive quien se adapta y, considero, somos todos sobrevivientes. 

By José Spinetto, Solutions Specialist at Coderio.