Por Eugenia Kessler, co-directora de Coderio.

“A las mujeres se las educa para ser perfectas y eso afecta nuestra seguridad a la hora de asumir nuevos desafíos”

Viviana Ottone, CTO PassApp. 

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“Escapar de los prejuicios es el puntapié inicial para crecer en tecnología”

Carla Grande Cámara, Tribe Tech Lead en Banco Galicia. 

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“En IT se valora la capacidad para resolver problemas, y eso se aprende en acción”

Cintia González, Product Designer en Platzi. 

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En los últimos años, hemos presenciado profundas transformaciones en el mundo del trabajo: desde los cambios en las formas de contratación, pasando por los incentivos “simbólicos”, hasta el actual reinado de la virtualidad. 

En cuanto a la diversidad, también se han producido importantes avances. Sin embargo, todavía hay ciertos sectores que, por diferentes razones, presentan complicaciones a la hora de acompañar esta evolución. 

En el rubro tecnológico, por ejemplo, aún hoy las trabajadoras nos topamos con algunos obstáculos que dificultan nuestro crecimiento en el mundo del desarrollo de software y afines. 

Históricamente, el universo de la Ingeniería en Sistemas estuvo marcado por la predominancia masculina: en la familia, en la universidad, en la oficina, en los puestos de alta gerencia.  

Para las mujeres, abrirse paso en este escenario implica lidiar con factores muy arraigados al sector como la escasez de cupo, los impedimentos para acceder a puestos de liderazgo, la disparidad en el trato y salario y, en muchos casos, la discriminación y el prejuicio. 

El mundo que dejamos atrás 

En este contexto, las mujeres nos encontramos con barreras sociales y culturales al querer pertenecer a un espacio que, estadísticamente, parecería ser exclusivo de los hombres.

Según una investigación de la organización Chicas en tecnología (CeT) en Argentina, las carreras de Ciencia, Tecnología, Informática y Matemática cuentan sólo con un 33% de inscripciones de mujeres y en aquellas vinculadas a programación, el número se reduce a 16%.

En cuanto a la fuerza de trabajo, de acuerdo a un estudio realizado por el Observatorio Permanente de Software y Servicios Informáticos (OPSSI) en 2020, las mujeres ocupan el 30% de los empleos de la industria del software en Argentina.

En el mismo sentido, una investigación de la Fundación L’Oréal afirma que su rol en el campo de la ciencia y tecnología se reduce a puestos secundarios, y que sólo una de cada diez posiciones de alto nivel es ocupada por una mujer. En Argentina, por ejemplo, las mujeres representan entre el 10% y el 20% de la plantilla de las empresas informáticas, según datos de Tiendanube.

No se trata de desinterés ni falta de motivación. Es producto de condicionamientos sociales y culturales que inevitablemente influyeron durante años en la forma de educar a las mujeres.  

En una charla con amigas y colegas del sector, confirmamos que las historias se repiten, como así también las dificultades a superar en el camino de esta profesión. 

Viviana Ottone, CTO de PassApp con más de 20 años de experiencia en el rubro, observa que una problemática recurrente es que las mujeres somos menos arriesgadas: “A los varones se les enseña a ser lanzados, tienen permitido equivocarse, mi sensación es que las mujeres sentimos que debemos ser perfectas y eso afecta nuestra seguridad a la hora de asumir nuevos desafíos”. Y aclara que, en definitiva, ambos sexos sufrimos de mandatos y es una tarea conjunta derribar esos prejuicios.

Otro punto importante es el desconocimiento: la mayoría de las personas relacionan “tecnología” con “código” cuando, en realidad, existe un gran abanico de posibilidades dentro del universo. “Es necesario ampliar estos conceptos -agrega Ottone-, son muchas las áreas de aplicación y, al igual que otras profesiones, necesita de la interdisciplinariedad con otras ciencias, como las humanistas, entre otras”.

“No se trata sólo de programar -aporta Cintia González, mentora en CeT y Product Designer en Platzi-, hay un montón de puertas que llevan al mundo tech: en las entrevistas de trabajo, generalmente, los challenges están más orientados a la resolución de problemas que a los conocimientos técnicos y eso, además, es algo que se aprende”. 

Como en toda profesión, la verdadera riqueza está en la experiencia: “Las mujeres tenemos potencial para todo lo que nos propongamos, ya sea en lenguajes de programación, como también áreas de gestión, Project Manager, Scrum Master y puestos más vinculados a la negociación y comunicación”, destaca González. 

“Por eso, es también fundamental contar con las habilidades llamadas ‘soft’ -señala Carla Grande Cámara, Tribe Tech Lead en Banco Galicia, Licenciada en Administración de empresas y Máster en servicios tecnológicos y telecomunicaciones-: muchas veces es tan clave el saber tecnológico como el gerenciamiento y manejo de equipos”.

Hoy disminuir la brecha de género debe ser prioridad en cualquier compañía, más aún en las StartUps y empresas tech, donde las trabajadoras debemos afrontar muchos obstáculos para alcanzar nuestras metas personales y profesionales deseadas.

 Afortunadamente, la industria acompaña estas transformaciones y, bajo esa misma premisa, en 2018 nació Coderio con una fuerte mirada centrada en la defensa de los derechos humanos, la equidad en su sentido más amplio y el respeto hacia las diversidades y minorías.

El mundo que se viene 

Nos encontramos frente a un punto de inflexión en el que debemos romper con los paradigmas conocidos hasta ahora y poner manos a la obra: aprender del pasado y enfocarnos en qué se puede hacer para revertir, mejorar y alentar el rol de las mujeres en el ámbito IT. 

Un primer paso es generar iniciativas que visibilicen esta problemática y aporten a la construcción de un ecosistema inclusivo con perspectiva de género, apoyado por políticas y prácticas que modifiquen esta realidad. 

“Creer en nosotras, apoyarnos y escapar de los prejuicios que nos traban es el puntapié inicial para proyectar y crecer en tecnología”, sostiene Grande Cámara. “La teoría no va -agrega Ottone-: nuestro rol debe ser acompañar a las jóvenes en su experimentación y vivencia”.

En el mismo sentido, para Cintia González las comunidades son de gran ayuda: “CeT, MeT, Women who code, Chicas programando, entre muchas otras, son las grandes referentes de hoy porque permiten que las jóvenes ingresen al mundo de la tecnología, tomen contacto con mentores y otras chicas en su misma situación, con sus mismas inquietudes, y propician el acceso a puestos laborales, eventos, experiencias, así como también al intercambio de conocimiento”. 

Por eso, como mujer y a partir de mi rol como co-directora de una StartUp de tecnología, creo que es indispensable que las áreas de liderazgo asumamos un papel activo para con las nuevas generaciones: mostrar aquello que a veces no se ve y fomentar el descubrimiento del camino propio. 

El mundo hoy 

En Coderio apuntamos a la igualdad de oportunidades para todo el equipo, sin distinción de género, edad, cultura, etnia ni clase social, y ofrecemos los mismos beneficios, así como también revisamos minuciosamente los salarios y condiciones laborales de cada integrante.  

Este tipo de acciones hacen de Coderio el ambiente ideal para desarrollar la profesión. Un sitio flexible, cálido y cercano, donde todas las voces son escuchadas. 

Y cada vez somos más! Hoy contamos con el 27% de nuestra nómina integrada por talentosas mujeres, una cifra alentadora teniendo en cuenta los números que surgen de los informes del mundo tech. 

Constantemente, se planean iniciativas orientadas a la contención y representación, como la reciente creación del Comité de diversidad e inclusión, un espacio libre y de apoyo para el colectivo LGBTQIA+ que busca reforzar los vínculos y brindar un lugar de seguridad y confianza para sus miembros.

Nuestra StartUp es un ejemplo, entre muchos, de las compañías que hoy están comprometidas con la igualdad de oportunidades desde una amplia y diversa perspectiva de género, que se propone invitar a las mujeres, personas trans y no binarias a sumarse al encantador campo de la tecnología.

Las mujeres tenemos que dar un paso adelante y atrevernos más, incluso a riesgo de equivocarnos. Nos enseñaron que debíamos ser perfectas y elegir una carrera en la que encajemos al 110% y no necesariamente tiene que ser así!

Podemos aprender sobre la marcha, cometer errores, cambiar de opinión y crear nuestro propio camino. El mundo IT es muy amplio y puede que encuentres en él lo que estás buscando. La duda sólo es una distracción para desarrollar nuestro potencial!

Por eso, si estás pensando en ampliar y desafiar tus conocimientos en tecnología, en Coderio te esperamos con los brazos abiertos. Sumate a un equipo profesional y heterogéneo, formado por talentos de todas partes del mundo!

#JuntasNosPotenciamos

Por Eugenia Kessler, co-directora de Coderio.